miércoles, 27 de enero de 2010

Doblando la apuesta a la luna durmiendo a la orilla del sol.
Pugliese y la buena fortuna la lluvia y la imaginación las horas no tienen consuelo, si el sueño no tiene motor. Cruzando el abismo en silencio, leyendo poemas de amor voy girando sin parar del campo a la ciudad, de las montañas a las luces del mar. Sintiendo sin dolor resacas del amor que no me matan, me hacen ser feliz. Soñando sin parar el tiempo de llegar
si cada día despierto en un lugar distinto para mí, que forma de vivir! Gracias al cielo te llevo junto a mí.

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